CESFAM RIO CLARO
El Centro de Salud Familiar de Rio Claro se construiría en una villa, que es un barrio denso de viviendas sin Alamedas ni jerarquías. Un relleno urbano de escala íntima cuya vida pública transcurre en angostos pasajes en donde conviven peatones y vehículos. Suelo utilizable y espacio libre se han fraccionado para ser suministrados en pequeñas dosis a sus propietarios. La villa no es villana. La villa es bella y la vida allí también.
El programa del CESFAM resuelve la necesidad temporal de recuperar la salud de sus usuarios. Por otra parte, el diseño saludable revela aquello que no era parte del encargo: la necesidad permanente de recuperar la salud de su hábitat urbano. Pensamos que la máxima separación posible entre edificio nuevo y pasaje existente aceleraría la evolución ecológica de la villa y propusimos abrir ahí una plaza.
La plaza se necesita. Por los niños y por los no tanto. Por la evidencia de la vida social como instrumento de salud preventiva y por la alegría que da pasear por un camino sinuoso entre un bosque de abedules.
La plaza es caminar por ella y recibir un diagnóstico. Es un mensaje que leer sobre otra vida y otra salud. Es terapias alternativas, yoga y Tai Chi en un deck. La plaza es las ganas de cambiar lo sano por lo saludable. Prevenir la enfermedad frente a un Centro de Salud programado para remediarla.
Así como los abedules recién plantados crecerán a la par con los niños de la villa, la plaza albergará a dos nuevos vecinos que envejecerán junto a ella: los volúmenes orgánicos del acceso y el faro urbanístico que guiará a los navegantes enfermos hacia la salud.